21 de abril de 2012

Cambio de tarea


Viene bien, de vez en cuando, dejar la escritura por la cocina.

Cambiar letras por magdalenas.

Bienvenidos al semi-relax del fin de semana.

5 de abril de 2012

Caminar... sin que importe el destino











Contaba los coches que veía pasar por delante de la ventanilla. Hacía malabarismos al caminar para no pisar las rayas del suelo. Jugaba a conducir, a trabajar y a cocinar para imitar a sus papás. Cantaba hasta quedarse afónica las mismas canciones, una y otra y otra vez. Le encantaba gritar mientras las ruedas de su triciclo cogían velocidad cuesta abajo. Caía y se levantaba tantas veces al día que ya había perdido la cuenta. Se adentraba en cualquier aventura sin saber hacía dónde iba o cómo acabaría.

Y lo hacía viviendo, disfrutando, dejándose llevar, haciendo aquello con lo que disfrutaba. Algo que, parece, se nos olvida con el paso de los años.

21 de marzo de 2012

Tras la lluvia de letras

Quizás son las teclas las que han desaparecido o tal vez es la inspiración la que se ha diluido.
Hay ocasiones en las que uno necesita vivir más que contar o aprender más que mostrar.
Tiempo hay para todo, de momento.

26 de noviembre de 2011

Letras












Noches en vela sumergida en historias ajenas.
Ríos de palabras que fluyen bajo un pequeño haz de luz.
Momentos de soledad en compañía,
de emociones de otros vividas en propia piel.
Noches literarias para combatir insomnios invernales.

23 de septiembre de 2011

Aquellas pequeñas cosas












Es fácil disfrutar de una aventura.
Es fácil sonreír cuando te dan una sorpresa.
Es fácil ser feliz planificando un viaje,
y mucho más cuando nos sumergemos en él.
Es fácil que te hagan soñar con el primer beso.

Lo difícil es ser feliz con las pequeñas cosas.
Disfrutar de la rutina, de lo cotidiano.
Y que te hagan seguir soñando después de mil besos.

6 de septiembre de 2011

Vivir











Trazando líneas sin fin. Abranzando al vacío. Dando pasos sin ningún rumbo fijo... guiándose sólo por la dirección en la que el viento decidía soplar cada día. Y es que, al despertar, hace ya unos días, comprendió que de nada servía hacer planes. De nada servía ese calendario pegado al frigorífico y emborronado con mil y un colores. De nada servía continuar intentando controlar cada momento del día. Se metió bajo el agua, se puso su camiseta favorita... y se dejó llevar. Salía a caminar, se quedaba horas fascinada contemplando el romper de las olas... cada día era una nueva aventura por vivir. Con sus momentos buenos y sus momentos malos. Pero estaba decidida a concentrarse y disfrutar cada minuto. A no hacer planes más allá de unas horas. Y esa sensación... la de que su vida era un castillo de arena al que alcanza el mar... empezó a desaparecer.

12 de agosto de 2011

Juegos temporales














Reencuentros. Recuerdos alegres, divertidos, tiernos... que se cuelan en tu mente sin siquiera pedir permiso. Momentos que parece que han sucedido ayer y, sin embargo... el calendario se empeña en mostrarte lo contrario. Tactos olvidados que vuelven como si nunca se hubieran marchado. Muescas en el cuerpo que ninguna aguja del tiempo podrá rellenar. Huellas que ninguna máquina quitarecuerdos podrá borrar.