23 de septiembre de 2011

Aquellas pequeñas cosas












Es fácil disfrutar de una aventura.
Es fácil sonreír cuando te dan una sorpresa.
Es fácil ser feliz planificando un viaje,
y mucho más cuando nos sumergemos en él.
Es fácil que te hagan soñar con el primer beso.

Lo difícil es ser feliz con las pequeñas cosas.
Disfrutar de la rutina, de lo cotidiano.
Y que te hagan seguir soñando después de mil besos.

6 de septiembre de 2011

Vivir











Trazando líneas sin fin. Abranzando al vacío. Dando pasos sin ningún rumbo fijo... guiándose sólo por la dirección en la que el viento decidía soplar cada día. Y es que, al despertar, hace ya unos días, comprendió que de nada servía hacer planes. De nada servía ese calendario pegado al frigorífico y emborronado con mil y un colores. De nada servía continuar intentando controlar cada momento del día. Se metió bajo el agua, se puso su camiseta favorita... y se dejó llevar. Salía a caminar, se quedaba horas fascinada contemplando el romper de las olas... cada día era una nueva aventura por vivir. Con sus momentos buenos y sus momentos malos. Pero estaba decidida a concentrarse y disfrutar cada minuto. A no hacer planes más allá de unas horas. Y esa sensación... la de que su vida era un castillo de arena al que alcanza el mar... empezó a desaparecer.