22 de marzo de 2011

Frías madrugadas











Le encantaba pasar las horas escondida bajo el edredón cuando la mañana despertaba fría y lluviosa, cuando el viento golpeaba la persiana o el sol aún no había aparecido. Se entretenía moviendo los pies entre las sábanas o escuchando cualquier música que la dejara somnolienta.

Ahora, la imagen se repetía una y otra vez en la memoria, sólo en la memoria... El frío de la oscura madrugada volvía a golpear con fuerza su dormido rostro medio oculto tras las solapas del abrigo. El frío se colaba entre los botones y el sonido de sus pasos se perdía en la calle vacía.

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